Cuando los odontólogos valoramos un caso para la colocación de un implante, lo primero que exploramos es la disponibilidad ósea mediante pruebas radiográficas.
Es relativamente frecuente que después de perder un diente se pierda parte del hueso que lo soportaba, por ese motivo nos encontramos con que muchas veces la anchura o altura de hueso de la que disponemos no es suficiente para la colocación de un implante y debemos regenerarlo.
En Brånemark Madrid disponemos de la última tecnología para radiodiagnóstico en tres dimensiones, lo cual nos ayuda a tener los casos totalmente planificados antes de la cirugía, que el paciente pueda entender exactamente el tratamiento que le vamos a realizar y no encontrarnos con ninguna sorpresa durante la intervención. En algunos casos incluso producimos con una impresora 3D una réplica del hueso del paciente para poder estudiar mejor qué técnica es la más indicada en su caso.Fig. 1- Reproducción del maxilar de un paciente con impresora 3D
Una vez tenemos diagnosticado y planificado cuánto vamos a regenerar elegiremos la técnica que utilizaremos. Antiguamente era muy común el uso de injertos de hueso autólogo, lo que significa que se extraía un trozo de hueso del propio paciente y se colocaba en la zona que deseábamos regenerar. Actualmente existen técnicas mucho menos invasivas con resultados iguales o incluso mejores a largo plazo, que han dejado ese tipo de injertos obsoletos. La técnica que más utilizamos en Brånemark es la de Regeneración Ósea Guiada, esta técnica consiste en seleccionar, mediante una membrana, las células que deseas que colonicen un espacio, combinada con biomateriales como la hidroxiapatita bovina y con factores de crecimiento y leucocitos obtenido de la sangre del propio paciente (L-PRF), que acelera y mejora la cicatrización.
Este tipo de intervenciones son relativamente sencillas, el paciente no nota ningún dolor durante el tratamiento ya que se realiza con anestesia local y en los casos en los que el paciente lo desee también se puede realizar bajo sedación consciente. Durante la semana posterior a la cirugía es posible que el paciente presente inflamación, hematomas o dolores ligeros que se controlan bien con analgésicos y antiinflamatorios que se le prescribirán, pero la recuperación suele ser bastante rápida.
Con este tipo de técnicas de regeneración ósea guiada logramos solucionar prácticamente más del 90% de los casos, pero es cierto que existen algunos pacientes en los que son necesarias técnicas un poco más complejas como son los Implantes Zigomáticos, que estarían indicados en casos de atrofia maxilar severa, en los que por la anatomía del paciente no sea posible la colocación de implantes convencionales combinados con técnicas de regeneración. Consiste en usar como anclaje para el implante el hueso cigomático o malar, por lo que son unos implantes de características distintas y mucho más largos que los convencionales. Esta técnica es más invasiva, por lo que recomendamos hacerla siempre bajo sedación o anestesia general.
Fig. 2- Radiografía de un paciente con implantes cigomáticos
Por lo tanto, podemos concluir que gracias a los grandes avances de las técnicas quirúrgicas y de diagnóstico, podemos resolver de una manera sencilla y predecible prácticamente todos los casos que se presentan en nuestra clínica hoy en día para la colocación de implantes dentales.